
Antes de emprender un viaje, es importante que realices inspecciones a tu vehículo. Si tienes habilidades de mecánico o entiendes algo de motores, quizás puedas hacer tú mismo esas revisiones. De lo contrario, confía esta tarea a algún especialista.
Para que no te encuentres con sorpresas, es muy importante que hagas siempre y a tiempo las mantenciones preventivas de tu vehículo. Solo así, tus revisiones serán meros chequeos y no mantenciones correctivas o reparaciones que bien podrían haberse evitado. Un auto bien mantenido, te lleva donde sea.
A continuación, podrás ver cuáles son las inspecciones básicas que tu auto necesita antes de salir de viaje. Si bien el vehículo hace un esfuerzo diferente en un viaje largo, que en un viaje corto, lo recomendable siempre, es ser riguroso en la revisión previa antes de cualquier trayecto.
Revisa el estado de los neumáticos. Busca protuberancias que podrían significar una rotura interior. En caso de que estén evidentemente gastados, sin profundidad en el dibujo o incluso con partes del interior a la vista; pues hace rato deberías haberlos cambiado. Reemplázalos ¡ya!, si no lo haces, además de un accidente o una falla, arriesgas una multa.
Es importante también revisar la presión y ajustarla a la recomendada por el fabricante. Esta información normalmente aparece en un cuadro en el marco de las puertas del vehículo. Utilizando la presión adecuada puedes reducir el gasto de combustible y el desgaste del motor considerablemente.
Si quieres tener una noción, es bueno usar entre 30 y 35 libras en carretera y ciudad, mientras que bajar entre 20 a 25 libras en caminos de tierra más picados. Ya en el off road, dependiendo de la exigencia del terreno, podrías llegar a 2 o 3 libras en grandes dunas, por ejemplo.
Comprueba que los líquidos estén entre el mínimo y máximo recomendado; siempre lo más cercano al máximo posible. Revisa el aceite, el líquido de refrigeración, el de dirección y el de frenos. En el caso de que no lleguen al nivel, complétalo, y si ya es tiempo de hacerle el cambio de aceite al motor, será mejor que lo hagas antes de partir.
Nivel de aceite: Es clave realizar los cambios de aceite en el tiempo indicado. Este dependerá del tipo de aceite y de vehículo; hay lubricantes para 5.000 kilómetros, otros para 10.000 y otros para más kilometraje. Antes de salir, revisa el nivel y el estado del lubricante.
Revisa el estado de las plumillas y el nivel del líquido. No es difícil hacerlo. Debes abrir el capó y buscar un ícono de limpiaparabrisas. Si tienes problemas, un bombero de alguna gasolinera te podría ayudar.
Las luces son fundamentales para conducir en la ruta. Por lo tanto, todas deben funcionar a la perfección. Revisa las luces delanteras y traseras. Cambiar un foco es rápido, no implica un gasto importante y puede evitar un accidente. Asegúrate también que los faros estén limpios y en buenas condiciones.
Verifica si las pastillas y también los discos están en buen estado, dado que son esenciales para que el sistema funcione. Puedes probar los frenos tú mismo buscando ruidos o sensaciones extrañas.
Que los sientas demasiado blandos y el pedal llegue hasta el fondo, o bien que los sientas muy duros, casi sin recorrido en el pedal, son signo de problemas o llamado a mantención. Revisa también los niveles de líquido de frenos.
La suspensión y el sistema de dirección quizás no son tan fácil de revisar en casa, pero un mecánico puede decirte si todo está en orden. Igualmente, al conducir te puedes dar cuenta si los amortiguadores o la dirección están fallando. Por ejemplo, puede haber un excesivo juego en el volante, o la dirección puede sentirse extremadamente dura.
Es importante que además de estas cosas y los neumáticos, hagas las mantenciones de alineación y balanceo. Ahí, cuidas de eventuales problemas en la dirección, en la suspensión y en el desgaste de los neumáticos.
Si el problema es en la suspensión, podrías sentir el auto muy duro, que golpea mucho en los baches e imperfecciones del camino, o bien sentirás que rebota demasiado. Ahí, la suspensión está pidiendo atención.
Si ya pasaron unos años desde la última vez que la cambiaste, considera comprar una batería nueva para no tener problemas en tu largo viaje. Si todo está bien, asegúrate de llevar cables para que otro auto te pase corriente.
Antes de partir, es necesario controlar que todos los cinturones de seguridad de tu vehículo estén en perfectas condiciones y funcionen bien. ¡Pruébalos!
Inspecciona el filtro de aire, pues si está sucio, puede hacer que tu vehículo consuma más combustible de lo normal, lo que te hará incurrir en mayores gastos de lo presupuestado.
Siempre listo. Revisa las herramientas para cambiar el neumático, el estado de la rueda de repuesto, los elementos de seguridad para cuando te detienes en el camino y un extintor.
Si tienes algo de afinidad con la mecánica, lleva las principales herramientas, tales como destornilladores, caimán, alicates, llaves desde la 8 hasta la 19 por lo menos y si tienes un juego de dados mejor. Abrazaderas plásticas y huincha aisladora son muy recomendables...
También no es mala idea, tener un par de litros de aceite de motor, en caso de alguna fuga en el camino y también líquido refrigerante por si necesites en la ruta.
Si cargas equipaje fuera del vehículo, en el pick-up o un carro, invierte minutos considerables en amarrar bien la carga. Verifica que no haya elementos sueltos.
Conducir con calor puede provocar somnolencia, lo cual conduce directamente a un accidente. Para evitarlo, comprueba que el sistema de aire acondicionado funcione. Si no tienes o no quieres usar el aire acondicionado, abre las ventanas y pon algo de música para acompañar; ojo con las multas.
Además de todas estas revisiones, comunícale a tu mecánico si últimamente escuchaste algún ruido raro al conducir para que pueda solucionarlo y que ya no represente un riesgo en la carretera.
¡Por último! Recuerda salir con el estanque lleno y por supuesto, con los documentos del vehículo. Entre ellos, destacan:
Con estos pequeños chequeos y considerando todos los consejos que te hemos dado en el post, vas a disminuir de forma importante la posibilidad de un mal rato en este viaje largo.
Una vez que hayas completado la revisión de tu vehículo, podrás tener la tranquilidad de que todo estará bien y nada sucederá en la ruta. Recuerda manejar a la defensiva, siempre.